Qué significa Ahimsa en el yoga
En la tradición del yoga, Ahimsa es el primer paso hacia una vida consciente. El término procede del sánscrito y significa literalmente "no dañar" o "no violencia". Pero reducirlo a eso sería quedarse en la superficie.
Ahimsa no es solo abstenerse de agredir físicamente, es una actitud interna de respeto, empatía y amor hacia todo lo que existe: personas, animales, la naturaleza... y, sobre todo, hacia uno mismo.
Es un principio ético y espiritual que forma parte de los Yamas, las bases morales del yoga descritas por Patanjali en los Yoga Sutras.
Patanjali entendía que el camino del yoga empieza fuera del mat, en la forma en que vivimos, pensamos y actuamos.
Ahimsa es, por tanto, la raíz de toda práctica yóguica. Sin ella, el yoga pierde su esencia.
La esencia de Ahimsa: respeto, conciencia y equilibrio
Practicar Ahimsa no significa huir del conflicto o reprimir emociones, sino, más bien, actuar desde la conciencia, no desde la reacción.
Se trata de cultivar una mirada amable incluso cuando algo te incomoda o te frustra.Es elegir la calma cuando el ego te invita a competir o comparar.
La no violencia se expresa de muchas maneras:
En el tono con el que hablas.
En la paciencia con la que escuchas.
En la forma en que te mueves.
En cómo tratas tu cuerpo y tu mente.
Ahimsa en la práctica física del yoga
La esterilla es un espejo. En ella se reflejan tus actitudes, tus límites y tus resistencias. Practicar Ahimsa durante la clase implica escuchar al cuerpo con respeto.
Forzar una postura, ignorar el cansancio o compararte con los demás son formas sutiles de violencia hacia ti mismo. De ahí que el yoga no se trate de alcanzar la postura perfecta, sino de aprender a estar presente en el proceso.
Escucha tus sensaciones: si algo duele, detente o modifica la postura.
Respira conscientemente: la respiración te dirá cuándo estás forzando.
Agradece tus límites: ellos también te enseñan.
Practica sin juicio: cada día es diferente, y eso también es yoga.
Cuando practicas desde la compasión, el cuerpo se abre sin esfuerzo y el movimiento se vuelve meditación.
Ahimsa fuera del mat: una actitud ante la vida
La verdadera práctica del Ahimsa empieza fuera de la esterilla, en los pequeños gestos cotidianos.
En los pensamientos
A veces la violencia adopta la forma de autocrítica o exigencia. Nos hablamos con dureza, nos comparamos, nos castigamos por no ser "suficientes". Ahimsa te invita a cambiar esa narrativa, a tratarte con la misma amabilidad con la que acompañarías a un amigo.
En las palabras
Cada palabra puede sanar o herir. Ahimsa implica comunicar con conciencia: hablar con respeto, escuchar sin interrumpir, elegir el silencio cuando sea necesario. Decir la verdad, sí, pero con compasión.
En las acciones
Vivir Ahimsa también significa actuar de forma coherente con tus valores: respetar el entorno, consumir de manera responsable, cuidar a los animales, elegir relaciones basadas en el respeto mutuo.
La no violencia se convierte así en una guía de comportamiento, no impuesta desde fuera, sino nacida desde dentro.
Ahimsa y los Yamas: el primer paso del camino yóguico
Ahimsa es el primero de los cinco Yamas descritos en los Yoga Sutras:
Ahimsa - Sin violencia
Satya - Veracidad
Asteya - No robar
Brahmacharya - Moderación
Aparigraha - No posesividad
No es casual que Ahimsa encabece la lista, ya que, sin la compasión, ningún otro principio puede florecer. Solo cuando eres amable contigo y con los demás puedes decir la verdad sin herir(Satya), actuar sin egoísmo(Asteya) o vivir sin apego(Aparigraha).
Ahimsa es la raíz de la ética del yoga, la base desde la que todo lo demás cobra sentido.
Ahimsa como práctica de autoconocimiento
La práctica de la no violencia no se limita a "ser bueno". Requiere autoconocimiento, observación y honestidad.
Para vivir desde Ahimsa, necesitas verte con claridad: reconocer cuándo te exiges demasiado, cuándo juzgas o cuándo reaccionas por impulso.
Ahimsa te invita a preguntarte:
¿Estás actuando desde el amor o desde el miedo?
¿Mi respuesta aporta paz o la rompe?
¿Estoy respetando mis necesidades o las estoy ignorando por complacer?
Esa observación busca la comprensión, desde la que puede surgir un cambio real.
Ahimsa hoy: la suavidad como forma de revolución
En un mundo que glorifica la productividad, la rapidez y la competencia, Ahimsa es una forma de resistencia. Es elegir la pausa frente a la prisa, la escucha frente al juicio, la empatía frente a la indiferencia.
La práctica de cualquier yoga nos recuerda que no hay bienestar individual sin armonía colectiva. Ser no violento es cuidar de ti y, al mismo tiempo, del mundo.
Cada respiración consciente, cada acto amable, cada palabra que evita herir... es una forma de transformación silenciosa pero poderosa.
Asana Groove: un espacio para practicar Ahimsa cada día
En Asana Groove creemos que el yoga empieza en la esterilla, pero se vive fuera de ella.
Nuestras clases de yoga en Madrid son una invitación a cultivar el principio de Ahimsa desde lo cotidiano: moverte con respeto, respirar con atención y reconectar contigo desde la suavidad.
Nos mueve el deseo de que cada práctica sea un espacio donde puedas escucharte sin juzgarte, honrar tus límites y descubrir la paz que nace de moverte con conciencia.
Tanto si estás dando tus primeros pasos en el yoga o como si quieres profundizar en tu práctica, en Asana Groove encontrarás un lugar para vivir el yoga de verdad -el que transforma, el que humaniza, el que enseña a vivir con amabilidad hacia uno mismo y hacia los demás.
Ven a liberarte en Calle de Serrano, 40, Madrid (barrio Salamanca).